lunes, 17 de agosto de 2009

Él, pues


Los vasos de yogur al levantarnos, las amanecidas. Las películas. Tus libros sobre la Segunda Guerra Mundial. Los míos. Los cuentos que te leo. Los que lees tú solo. Las cartas que te escribo. La música. Tu saxo. Mi clarinete.
Tus brazos, los míos.
Pd: Él es mi Monsieur Monod. Si estoy perdidamente enamorada de alguien, es de él.

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