sábado, 13 de junio de 2009

Al colegio no voy más

Lo único bueno de vivir, tal vez, sea que todo pasa, el tiempo corre y nosotros crecemos. Y digo todo esto ahora que he vuelto a tener cierto contacto con algunos muy buenos amigos de aquella época escolar tan lejana.

Yo, realmente, al colegio no voy más.

Recuerdo, tal vez, con algo de rencor mi poco afortunado paso por las aulas del Colegio Privado PNP Alcides Vigo Hurtado. Doce años. Doce años viendo las mismas caras todos los días. Desde los 5 años, desde inicial, desde siempre. Durante esos doce años pasé de ser el power ranger mujer, a la flaca poco agraciada que tocaba clarinete y sacaba buenas notas.

En fin, esta época no fue poco afortunada porque no tuviera amigos y amigas (los lazos a través de 12 años de convivencia se vuelven muy estrechos). Los tenía.
El problema era yo.
Siempre fui yo, siempre soy yo.
No cuadraba dentro del grupo de mis amistades más cercanas. Ellos siempre pensaban en la fiesta del sábado, yo en el libro que debía leer el fin de semana. Ellos bailaban perreo, yo iba a conciertos de punk y no me perdía ni un solo Rock en el Parque. Ellas celebraban su “quinceañero”. Yo pedí que me compraran toda la discografía de Mar de Copas y un discman Sony Wallkman, que en aquel entonces era lo máximo, además de un celular y algunas otras cosas más.

Además, añadámosle a todo esto que mis mejores amigos se cambiaron de colegio al llegar a segundo de Secundaria, si mal no recuerdo. Jessica, José y Jonathan se cambiaron de colegio. Francis se fue a Estados Unidos. Pero se quedaron Vanesa, Fabiola, Daniel (Nana) y todos los demás. Además, apareció Renzo, de quien creo que ya he escrito alguna vez.

Mi época escolar es poco memorable porque siempre me sentí fuera de lugar. Siempre creí que era mejor que los demás: más inteligente, más madura. Talentosa. Creía que era talentosa. Sacaba muy buenas notas, estudiaba inglés, tenía profesor particular de música, era parte de una Sinfónica. Hacía mil cosas, y tenía un enamorado que me adoraba y que me hacía creer todo lo que ya mencioné. Yo era mejor que ellos.


Cuando acabó el colegio todos tomamos caminos distintos. Bueno, mi camino fue distinto, el de los demás fue casi el mismo. Muchos estudian en la Universidad de Lima o en la San Martín, así que se ven, se frecuentan. Hace poco vi las fotos de su último reencuentro. Son graciosas. Todos han cambiado mucho. Fabiola me dijo, la vez pasada, por el MSN “hubieras ido, fue muy gracioso, nos preguntamos por ti… te has perdido!!! Nadie sabe nada!!! Hasta hay chismes…”


No pregunté por los chismes, solo me encargué de contarle a Fabiola mi situación actual. Estudio Literatura en San Marcos, le dije, voy a marchas y movilizaciones, hasta hace poco trabajaba en una librería. No tengo novio, me maquillo poco y sigo siendo la chiquilla tonta que lee la mayor parte del tiempo, que gasta su dinero en libros, que oye música extraña (para ellos). La misma que tocaba clarinete en una banda conformada únicamente por chicos. La misma que jugaba fútbol. La misma que llenaba crucigramas y que se vestía con ropa ancha y poco femenina.


La misma que se creía mejor que ellos, pero que se sentía infinitamente sola al no poder ser así, como ellos eran, tan despreocupados, tan adolescentes.

Definitivamente, haciendo memoria, cualquier tiempo pasado fue peor. Hubo algunas cosas que hicieron memorable mi estadía por ahí, pero no sé por qué no las recuerdo. Recuerdo solo lo feo, lo excluyente. Me recuerdo a mí, con la faldita a cuadros encima de la rodilla y la cinta celeste en el cabello.

No, al colegio no voy más.

Sigo siendo la misma, sí. Pero reloaded, je. Regia, femenina, inteligente y moderna.

(Esta canción me gustaba mucho en aquel entonces)

7 comentarios:

  1. Tu .. aún amigo o un viejo conocido13 de junio de 2009, 18:17

    Puedo recordar esos "Cabello al viento y tobillos quebrados" dejarse llevar por "Bestias corren mil por mi cabeza" en algún concierto al que llegamos tarde por hacer cola en donde no debimos o en algún otro concierto en el Parque de la exposición al cual ibamos aún acompañados y te veía mover la cabeza y cantar con la mano levantada cual barrista del comando sur, pero de la forma más delicada con la que una power ranger mujer que evolucionó a clarinetista (jaja si esa palabra existe) ... puede hacerlo, creo que ya debes saber quién soy.

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  2. Yo tengo un poster autografiado por todos los integrantes de Mar de Copas pegado en mi cuarto de Andahuaylas.

    No hablamos mucho de nuestro pasado, eh?

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  3. Mi colegiatura fue buena, y mala a la vez.
    La universidad implica libertad ya que eres mayor en edad y menos dependiente: lo veo así con lamentación ahora.

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  4. El pasado siempre esta ahi, Gabriela.
    (recuerda recuerda)

    César :)

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