martes, 24 de marzo de 2009

Brindis

Por las melodías ahogadas.


Hoy el día ha avanzado de forma extraña. Ni muy lento, ni muy rápido: demasiado normal. Me levanté bastante temprano y corrí las cortinas para que aunque sea un poco de la luz de SOL entre por mi ventana. No puse música. No cogí ningún libro. Solo coloqué mi cuerpo sobre la cama y miré hacia el techo durante largo rato. Por ambas ventanas estaba un vientecito muy fresco que trajo a mi memoria alguna tarde miraflorina en pleno estío. Una con mucha gente alrededor y una mano en mano. Pero eso no importa; al fin y al cabo las cosas no son como sucedieron realmente, si no como uno las recuerda y mi memoria es recontra traicionera. Es un ser con vida propia. Hace conmigo lo que quiere, pues bien sabe que mucho en mí depende enteramente de ella: de mis recuerdos. Y no le reprocho nada, total, es lo que yo –en su situación- haría. Manipularía todo a mi antojo.

Hoy, mientras mi cuerpo reposaba sobre mi cama, mirando hacia el techo en un día que estaba avanzando de forma extraña, ni muy lento ni muy rápido: demasiado normal; creí entender algunas cosas. Ya me he obligado muchas veces a nacer, una y otra vez, unayotravez. Me he parido a mí misma y me he arrancado mi propio cordón umbilical, lo que unía a este cuerpo –que solo reposa de cama en cama, de vientre en vientre- con lo que realmente soy, lo que es. Me ha dolido. He sangrado. Pero está bien. Ahora mi ombligo es la puerta que me llevará hacia mí.

Hoy, mientras mi cuerpo reposaba sobre la cama, mirando hacia el techo en un día que estaba transcurriendo demasiado normal, en un día de viento fresco, de cabellos sueltos, he logrado entender algunas cosas.

3 comentarios:

  1. A ver, despejemos dudas. Usualmente el anónimo es graciosito, claro, pero, sweety, seas quién seas; darling, no oses mencionar a Miguelito ni a Gus, si? Yo adooooro a mis atorrantes; ahora, si quieres; sigue divirtiéndonos.

    :)

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  2. Debería, parece que está especializándose en un curso de alguna universidad. Anónimo, claro está.

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  3. Esa emboscada es realmente una emboscada, señorita Gabriela Javier. Sale usted muy guapa. Ojalá todas las chicas bonitas hicieran cosas como las que usted hace en su blog.

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